A Francis Scott
Fitzgerald de seguro lo han oído nombrar. Para los estadounidenses es un ícono:
les remite a la época del Jazz, entre la primera y la segunda guerra mundial,
tiempo de derroches, excesos, búsqueda de la gloria; uno de sus relatos, hace
unos años, fue convertido en el largometraje El curioso caso de Benjamin Button. En una de sus últimas
películas, Medianoche en Paris, Woody
Allen lo retrata en la época a la que Hemingway llama Paris era una fiesta, como el hombre dominado por Zelda, su enloquecida
pareja; antes de que a Zelda la internaran en un psiquiátrico dónde murió, y
Scott gastara su fortuna intentando salvarla. Scott moriría en la pobreza, años
más tarde, lejos del Hollywood dónde se volvió famoso y que tanto le debía.
En
su más reconocida novela su protagonista es joven reservado cuyo futuro ha sido
planeado por su familia para participar en la venta de bonos, Nick Carraway, quien
recién ha llegado a New York. Siempre que
sientas deseos de criticar a alguien, le dice snobisticamente su padre, recuerda que no a todo el mundo se le han
dado tantas facilidades como a ti. Una prima y su esposo, Deisy y Tom Buchanan,
le dan la bienvenida a la vida citadina; una joven pareja rica que se ha
paseado por las ciudades más importantes de europa, y cuyo matrimonio está
cayéndose a pedazos desde que Tom Buchanan tiene una amante.
Mientras
que los Buchanan viven en la riqueza (Tom se enorgullece de haber transformado
sus garajes en caballerizas, cuando todos suelen hacer lo contrario y Daisy
ruega porque su hija sea lo mejor que una mujer puede ser, es decir una estúpida),
Nick va y viene de su casa en Long Island a la metrópolis; una pequeña casa casi
invisible entre las mansiones que la
rodean. En una de esas mansiones vive un elusivo personaje llamado Gatsby, a
dónde todos los fines de semana los invitados llegan en manadas de la ciudad
para consumir su alcohol, comer sus aperitivos, disfrutar su música, conocer
gente famosa y, aunque no menos importante, inventar rumores sobre la fuente de
riqueza y el pasado de su anfitrión.
Hay
quién dice que Gatsby mató a un hombre, que peleó al lado de los alemanes, que
estudio en Oxford, que trafica alcohol…
Entre
fiestas, champaña y cigarrillos, Nick Carraway se ve envuelto en la telaraña de
planes que Gatsby ha ido tramando durante años, para recuperar a la mujer que
en su juventud amó, pero a la que no podía unirse por no tener un solo centavo.
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